El blog de Luis Frías

abril 27, 2007

Auden un siglo



Son 20 los poetas responsables de que hablemos sobre Auden. En homenaje a que su madre lo parió hace exactos cien años , se pusieron un reto parecido al que sugiere León Felipe: “Deshaced ese verso. Quitadle los caireles a la rima, el metro, la cadencia y hasta la idea misma. Aventad las palabras, y si después queda algo todavía, eso será la poesía”.

Inspirados, entre otras obras de Auden, en The Shield of Achilles, Lullaby, Musée des Beaux Arts y Journey to a war, una veintena de españoles, mexicanos, argentinos y puertorriqueños reinterpretan el presente a través de fórmula parecida a la que probó con gran fortuna W. H. Auden el siglo anterior.


Y es que armado de papel y lápiz, se propuso enfrentar a los culpables del ruin capitalismo, de la necia guerra mundial y de la rampante miseria. Hoy han quedado atrás los enfrentamientos armados entre las grandes potencias, muy bien, pero llegaron a la conclusión de que es mejor acabar con los arruinados.

El desafío de El sol desmantelado es moderno y ambicioso, y sutil. Los autores nos confiesan sus miserias, sus más profundas y soterradas convicciones; y de una vez por todas han tomado partido en torno a nuestro mugroso presente. Decidieron hacerlo de la mano de un guía infatigable: Auden.

El más reconocido poeta inglés, sólo atrás de T. S. Eliot, a la par que conquistaba voluptuosas hembras recitándoles versos de vino tinto al oído, podía conducir una ambulancia entre campos minados para salvar víctimas de guerra. ¡Pocas oportunidades ha tenido la Historia de presumir tanta humana agudeza, como la poseída Auden! Y esta compilación-ofrenda como que quiere engrandecer ese perfil del poeta nacido en el poblado inglés de York.

Pero si el volumen no toma cuerpo enteramente es por culpa de lo mismo que lo engrandece. Por un lado me agrada mucho que sean varias las miradas que reelaboran el mundo pero, del otro, rogamos que sus autores llegado cierto punto, guarden silencio y contengan su impulso. Sus ímpetus son un arma de doble filo. Como el enardecido adolescente que nos alegra ver en las noticias aventándole piedras al Poder, pero cuya imbécil terquedad lo vuelve odioso.

Por ello se nos quedan más presentes los poemas cuya materia es simple: el enamoradizo que, turbado por el recuerdo de la novia que se marchó, tiene la mente en blanco; o el cuenco de las manos acaparando las chichis de una mujer, o unos ojos observando las estrellas. “La universalidad está en el drama interno del hombre”, sostenía Octavio Paz.

El sol desmantelado es una rendija a través de la cual podemos fisgar a una pareja haciendo el amor sobre las hojas, pero seguida de la ciudad más grande del mundo yéndose poco a poco a la mierda, o bien, unos perros carroñeros que se pelean un cadáver. Los que adoptan esta intimista y simple manera de escribir salen airosos del reto nada fácil de reinventar el presente con las armas de Auden. Pero da lástima ver que los más de los participantes se prestaran al engañoso juego de sacar a flote prejuicios de marras como si éstos fueran bastantes por sí solos para ganar nuestro convencimiento; eso déjenselo a las escandalosas revistas de kiosco.

¿Al poeta le toca descifrar la realidad? Lo que sí es que dispone de un arma, la palabra aporreada y desnuda como cuerpos desvestidos entre las sábanas. En la medida que el verbo conoce los más sordos golpes, adquiriere el grado de poesía. !Debe pasar la prueba de León Felipe! ¡Y ciertos versos de El sol desmantelado lo consiguen! Otros no. Pero qué me creen. Mejor léanlo:

El sol desmantelado. W. H. Auden revisitado
Abraham Chinchillas et al.
Ed. Albatros PRESS, 2007, 59 pp.

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Desde chico tenía ganas de escribir un diario, o algo así. Pero era cosa de niñas. Este blog es lo menos afeminado que encontré.

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