El blog de Luis Frías

abril 01, 2013

¿Absurdas víctimas?




Señor editor,
Formulo este comentario, ay, tardíamente; como tardía llegó la Ley de Víctimas. Ahora bien, espero que tenga un ápice de valía, en comparación con la importancia que significa dicha ley.
En “El color del cristal” (Letras Libres,febrero, 2013), el analista financiero Jorge Suárez Vélez hace una afirmación al desgaire más que cuestionable. Su texto, abundante en razones sobre lo que debiera hacer el naciente gobierno de Enrique Peña Nieto en materia económica, abona a entender una de las preocupaciones mayores de todos los mexicanos: la economía nacional y cómo ésta afecta nuestros bolsillos.
Cuestiona cierta ambivalencia, típica del antiguo PRI, que el gobierno federal ha demostrado en estos 6 primeros meses: por un lado, en comunicaciones, energía y educación, ha presentado una loable faceta modernizadora, pero por otro, con el Pacto por México —de naturaleza eminentemente política— vuelve a la antigua fórmula de “quedar bien con todos” aunque ello signifique que ese rostro moderno quede sólo en discurso hueco.

Para sostener esta hipótesis, Jorge Suárez hace una comparación penosa. Al ponderar la importancia de la reforma fiscal, hace un parangón con la recién aprobada Ley de Víctimas. Y para mostrar la hipótesis de falsedad del naciente gobierno, tilda de “absurda” esta ley por la que al menos desde 2011, mediante organizaciones como el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, buena parte de la sociedad civil en México tuvo que luchar frente al gobierno federal y la legislatura anterior y actual, para finalmente lograr su publicación.

Lo cito: “Si vienen más leyes absurdas, como la de ‘víctimas’, recientemente firmada por el presidente, el camino será largo y en el mejor de los casos nos dejará en el lugar del cual partimos, pero habiendo perdido seis años y una impecable oportunidad histórica.” 

Es una comparación muy desatinada. La importancia de la reforma fiscal es toral, sí, pero ¿qué tiene que ver con la Ley de Víctimas? Sin embargo, no es sólo el hecho de confundir la magnesia con la gimnasia. Es, en el fondo, lo ofensivo de tal afirmación a las víctimas del delito, a sus familias y a la sociedad civil que han luchado por una Ley de Víctimas a la altura de los daños que ha significado la llamada “estrategia de seguridad” del gobierno anterior.

La afirmación causa azoro por partida doble. Llama la atención que aparezca no en una publicación cualquiera, sino en Letras Libres, revista cuyos lectores estoy seguro que la tenemos como lectura de cabecera. ¿O quizá el editor consideró que el texto “Gracias a las Víctimas”,de Eduardo Vázquez Martín, publicado en el mismo número, servía de contrapeso en la balanza?

Vázquez Martín, con conocimiento sobre la dura cuesta que debió sortear la Ley de Víctimas, hace un recuento de las sesiones, malentendidos, declaraciones y aun broncas en sordina, que víctimas y familiares, activistas, legisladores, secretarios de estado y hasta el propio presidente Calderón protagonizaron.

Con justificación, Vázquez Martín se congratula de que, por fin, con el gobierno de Peña Nieto, se haya publicado esta Ley, si bien perfectible, nada “absurda”.

Un saludo cordial,

Luis Frías





No hay comentarios.:

Qué le vamos a hacer

Mi foto
Desde chico tenía ganas de escribir un diario, o algo así. Pero era cosa de niñas. Este blog es lo menos afeminado que encontré.

Todos mis post