El blog de Luis Frías

junio 14, 2008

Hágase famoso: lea esto


¿Busca usted el éxito? No despegue la vista de los renglones que siguen.

Introducción. No pierda más su tiempo pretendiendo la inmortalidad a través de llamadas telefónicas a charlatanas dizque astrólogas que salen por televisión. Olvídese de colgar espejitos hexagonales en la puerta de su casa. Eche al cesto de la basura todos esos santos que le trajo una amiga cubana. Olvide. Tire. Deshágase. Mande a la chingada. Mande todo lo que en vano ha probado hasta el momento. Basta con que siga usted al pie de la letra las siguientes instrucciones, y la diosa Fortuna le deparará grandes sorpresas.

No es ninguna especie de engaño. La efectividad de las dos siguientes sugerencias ha sido comprobada en casos de la vida real. Y sus efectos positivos en la búsqueda de la gloria, han cobrado fama inusitada alrededor del planeta. De manera que puede usted confiar.

Dos opciones. Para empezar: como seguramente tiene un nombre anodino, es preciso que adopte uno más ad hoc para el medio de la frivolidad. Póngase Habacuc. Lo que debe hacer enseguida es matricularse en una escuela de educación superior, de la que al cabo de unos cuantos años alcanzará el grado de Licenciado en Artes Visuales. O Plásticas. Para el caso es igual.

Lo que debe hacer después es muy importante. Preste mucha atención. Siendo ya un artista plástico que expone aquí y allá, debe tomar parte de una exposición en la Galería Códice, en Managua, capital de Nicaragua. Muestre allí una pieza cuyo título sea “Eres lo que lees”. La frase debe verse sobre una pared blanca: y sus letras han de estar formadas preferentemente por alimento para perro. En la esquina de la galería hay que amarrar a un callejero y famélico can, atrapado el día anterior en un barrio vecino y recién bautizado con el nombre de natividad Natividad, en honor al indigente que la víspera salió en las noticias porque dos perros guardianes de un taller mecánico lo descuartizaron vivo y ante cuya muerte las autoridades ni se inmutaron dado que era un ladrón en flagrancia. La idea es que el cuadrúpedo muera de inanición en la galería a la vista de los tranquilos espectadores que, entre copa y copa, apenas si se inmutan frente al moribundo.

Una segunda forma de hacerse famoso es la que sigue. Como la intención es que usted economice tanto como sea posible, bastará con que termine una misma Licenciatura. De manera que, ya siendo artista plástico, debe seguir las instrucciones que a continuación se indican.

Cierto es que a pesar del ahorro que se consigue no estudiando más que una sola Licenciatura, deberá tener al alcance de la mano una cantidad inicial de 30 millones de euros. Por escandalosa que suene a sus oídos semejante monto, el gastazo se compensa porque está garantizada su fama en menos de lo que canta un gallo. Y es que lo costoso no es el material a emplearse para construir su obra de arte, sino el soporte sobre el que habrá de montarla. La pieza no tiene sino que representar con exactitud a una rana verde crucificada y debe exponerse en el nuevo Museo de Arte Moderno de Bolzano (al norte de Italia); el verde animal, con un anca tiene que sujetar una jarra de cerveza y con la otra, un huevo. Pero la estructura sobre la que debe descansar la figura debe ser tan caprichosa como se imagine, e infaliblemente ha de hacerse con materiales que valgan esa cifra.

Como en el caso anterior, su nombre de Juan Pérez Ramírez no le servirá de mucho y deberá cambiarlo. No se tiente el corazón al renegar de la sangre de sus antepasados. No lo olvide: la fama es lo importante. De tal modo, adopte el nombre italo-alemán de Martin Kippenberger. Con este nombrecito, debe declarar a los medios de comunicación que su obra “pretende expresar un momento personal de profunda crisis”. Por estúpido que suene, usted debe confiar.

Confiabilidad. Si opta por la primera opción, tiene usted la fama garantizada en el medio de las artes plásticas latinoamericanas. Tan luego ocurra lo del perro muerto de inanición, circularán en Internet versiones apasionadas de la obra y de cualquier declaración que haga usted, Habacuc. Desde videos en YouTube de gente que a punto del llanto lo maldecirá, hasta peticiones firmadas por miles de personas en todo el mundo que piden la exclusión de usted de cierta Bienal Centroamericana. Pero a pesar de las reacciones prematuras que lo acusarán a usted de “asesino de perros”, todo este numerito servirá para darle una fama que nunca conseguiría haciendo lo que hace hasta hoy, o incluso metiéndose de artista plástico al modo “tradicional”.

Mientras todo mundo se olvida de la historia del perro y del ladrón cuyos nombres eran el homónimo de Natividad, Habacuc se convertirá en un ejemplo de la maldad personificada en el arte contemporáneo, un estandarte que a veces parecerá arremeter más ensañadamente contra el arte conceptual que contra el malentendido y ficticio maltrato animal.

Ahora bien, si ha elegido la segunda opción, la fama que alcanzará va a tener la siguiente forma. Aunque va a desatarse primero en el medio cultural europeo (concretamente, en el italiano), su efímera pero hinchada gloria también alcanzará las esferas de los demás continentes. El hecho de crucificar su rana de un metro de altura empezará desatando las críticas del obispo de la región italiana, quien va a pedir que se respeten los sentimientos religiosos, y seguirá con las autoridades, que van a exigir su retirada. “Hoy los símbolos de la fe cristianos son muchas veces despreciados. Hoy, sin embargo, es fundamental que sean respetados, así como los sentimientos religiosos. Una exposición de obras así no ayuda a la paz entre las culturas y las religiones”, va a afirmar el prelado. Pero no se preocupe. Los responsables del “Museion”, como es conocido ese centro de arte, tomarán la decisión de mantener la pieza. Y usted será famoso.

Garantía. Tanta y tan prontamente alcanzará la gloria, que redactores de periódicos en todo el mundo lo ejemplificarán en sus instructivos para volverse famoso. Como éste.

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Desde chico tenía ganas de escribir un diario, o algo así. Pero era cosa de niñas. Este blog es lo menos afeminado que encontré.

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