El blog de Luis Frías

junio 29, 2007

Pornochou


No sin tristeza me he enterado que cerró sus puertas la única sala de cine original, valiente, que existía en Hidalgo. No era un complejo comercial cuya cartelera exhibía simultáneamente todos los churros gringos de moda, sino un espacio para la morbidez y la sana perversión mental. En la pantalla del cine SNTE pasaban películas para adultos. Pero su singularidad llega a más: como su nombre lo indica, pertenecía al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el cual lo rentaba a una empresa privada que, a su vez, encontró un mercado consumidor de los filmes pornográficos fuera de temporada que se proyectaban. De manera que los maestros, aburridos de tanto dar clases, ¡podían echar a volar la mente, relajados frente a la pantalla grande repleta de cuerpos atléticos teniendo un maratónico desempeño sexual! Aquí va todo mi reconocimiento. Las autoridades del SNTE mostraron una edificante carencia de mojigatería, adelantándose varios años a su tiempo. Por eso es una gran pena que cerrara para convertirse en un simple y llano centro cultural.

Además del Centro Cultural del Magisterio (que así se llama), se hizo un gastazo de 13 millones de pesos públicos para remodelar los velatorios propiedad del sindicato. ¿Habrán temido que el cierre de la tranquila sala porno pueda acarrear bastantes complicaciones en la salud de las y los educadores como para empujarlos a la tumba? No es descabellado. Acabo esto, lamentando lo más vergonzante. El secretario general del sindicato, Alejandro Soto, ¡ofreció una disculpa a la sociedad hidalguense por el mal uso que se le dio al cine SNTE, y resaltó que la remodelación del inmueble responde a la “justificada indignación de las maestras y los maestros”! Pero el clásico cine SNTE gozaba de algún arraigo los hidalguenses. Lanzada por la boca de un hombre a una mujer, la frase “Te invito al cine SNTE” era la posibilidad de ahorrar gastos de chocolates, flores, perfumes y cenas románticas, antes de llegar a la cama. Ahora, el lugar tiene acabados de primera. Y la sala proyección, está equipada con 360 butacas y palcos, que exhibirán filmes de ignota calidad.

En Internet es donde la gente busca más pornografía. Y en esta red informática también hay muchas estadísticas en torno al consumo de videos, fotos y demás productos de sexo explícito. Aquí: www.enough.org, hay varias cifras que los puritanos calificarían de alarmantes, pero que si yo me viera obligado a tildarlas las llamaría entendibles. Este lugar da a conocer que 60 por ciento de las visitas al Internet son de naturaleza sexual; 25 millones de yanquis visitan entre una y diez horas a la semana los sitios pornográficos; 9 de 10 niños menores a 16 años ya saben fornicar, merced a Internet, y el 70 por ciento de sitios sexuales se visita entre 7 a.m. y 5 p.m., esto es, en pleno horario laboral. Pues bien, opino que los puristas no tendrán de qué alarmarse siempre y cuando la pornografía continúe poseyendo sus espacios subrepticios en las comisuras de la sociedad. En primera, porque con la erradicación de todos los males perversos, los puristas no tendrían en qué perder el tiempo juzgando a su semejante. Y en segunda, lo más importante: porque la pornografía es, lo admito, un mal pero un mal necesario. ¿O quién, sino la gente normal, consume tal cantidad de pornografía? Sería tonto creer se trata de una legión de trastornados sexuales rondando el mundo en espera de violar a la humanidad; es más sensato dar en pensar que los consumidores habitan bajo nuestro techo; que son el licenciado, el profesor, el médico, el chofer, los padres y sus hijos. A mí me horroriza mucho más que se publicite la erradicación del consumo sin atacar las estructuras sociales, que son las afectadas. La idea de que la pornografía es perversa, me parece un palmario error de percepción. Y otra vez lamento el cierre de cine SNTE y la apertura del Centro Cultural con baños de lujo y una sala donde pondrán churros holliwodenses.

Reto a los puristas que se dan penosos golpes de pecho, lamentando las cifras in crescendo del mercado pornográfico. ¿Nunca lo han consumido? Anden, tiren la primera piedra.

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Desde chico tenía ganas de escribir un diario, o algo así. Pero era cosa de niñas. Este blog es lo menos afeminado que encontré.

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